La Chinga de ser Madre: AUTOCUIDADO para Mamás
30 de octubre de 20232 Culturas Bajo el MISMO TECHO: pasar de una RELACIÓN A DISTANCIA a VIVIR en el MISMO PAÍS JUNTXS.
29 de noviembre de 2023Psicología para el corazón - Irene del Valle y Judith de la Serna
Si quieres mejorar tu relación o prevenir problemas de pareja, en este artículo abordamos uno de los temas principales de las relaciones y la convivencia en pareja: la comunicación.
Una pregunta clave: ¿cómo me comunico con mi pareja?
Sí. Dentro de los temas más importantes que influyen en tener una relación y una convivencia sana, es la comunicación. Y para hablar de ello queremos contarte que somos psicoterapeutas especializadas en terapia de pareja bajo el método Gottman.
Este método es el resultado de la investigación que realizó el matrimonio de John y Julie Gottman, quienes observaron durante 20 años a más de 3000 parejas. A partir de este análisis, describieron los factores que ayudan (y los que no) a tener una relación de pareja sana y feliz.
En una relación de pareja (y en cualquier relación), la comunicación es fundamental. Si estás por convivir o si ya estás conviviendo y sientes los primeros signos de desgaste, te compartimos 4 factores clave que te ayudarán a reconocer cómo te comunicas con tu pareja.
Según los Gottman hay 4 comportamientos que si se mantienen en el tiempo pueden generar la ruptura de la relación. Los han denominado “Los 4 jinetes del Apocalipsis” y son:
1. La crítica destructiva
¿Tú y/o tu pareja se critican mutuamente? ¿En qué tono? ¿Hacen generalizaciones o se ponen etiquetas? Por ejemplo, te suenan comentarios como:
—“Eres una egoísta.”
—“Tú siempre piensas primero en ti.”
—“Es que tú nunca haces lo que te pido.”
Lo que sucede aquí es que se pone foco en lo que el otro miembro de la pareja hace, no hace o hace mal (según su criterio). Todo gira en torno a la crítica, en vez de explicarle al otro lo que uno quiere o necesita. Al final, la pareja entra en un círculo donde se culpa al otro/a del conflicto o del propio malestar y no se resuelve nada.
2. La actitud defensiva
¿Te pasa que tú o tu pareja se niegan a aceptar una queja o crítica? O, ante cualquier queja de un miembro ¿el otro se pone a la defensiva y contraataca? Seguro que terminan en una ida y vuelta de acusaciones que amplifican el conflicto.
¿Reconoces estas frases?:
- “Es que tú eres un/a egoísta”.
- “¡Sí, pero tú también piensas mucho en ti!”
El “Sí, pero…” se adueña de la escena y genera un círculo vicioso donde uno de los miembros se victimiza, se justifica o devuelve la crítica.
Aquí los integrantes de la pareja se escuchan para defenderse. Y desde ese lugar no logran entender lo que el otro trata de transmitir ni cuánta responsabilidad personal hay en ese conflicto.
A esas alturas, es difícil para ambos darse cuenta de que detrás de esa queja hay un deseo insatisfecho y que ambos fallan en la comunicación.
3. El bloqueo o actitud evasiva
¿Sientes que en algunas situaciones tú o tu pareja se desconectan, no contestan o dejan de escucharse?
Hay miembros de la pareja que cuando el tono de una conversación comienza a elevarse, se levantan y se van. Si bien esta conducta en algunos casos puede evitar que el conflicto escale, si esto es una constante, se transforma en un mecanismo de defensa que impide el diálogo y la comunicación.
¿Te pasa que ante un conflicto sientes como si tu cuerpo ya no pudiera responder? Es como si perdieras la capacidad para escuchar, responder y/o empatizar con el otro/a. Esto es una respuesta fisiológica que actúa como protección. Puede que el bloqueo te impulse a salir de escena (físicamente) o bien que el bloqueo sea de tipo emocional y aunque te quedes allí, sientas como que no estás y no reacciones.
Mientras tanto, el otro miembro suele interpretar esto como indiferencia y se puede sentir aún peor (enfadado, decepcionado, triste).
4. El desprecio
Este es el peor de los 4 jinetes. El más tóxico y destructivo. Aquí la pareja entra en un círculo de falta de respeto que incluye: insultos, burlas, humor agresivo, imitar al otro con ironía y sarcasmo. Los miembros de la pareja se hieren y se infravaloran. Y cuidado, porque a veces nos acostumbramos a formas de maltrato muy sutiles donde el desprecio está muy presente:
—“Ayyy ya empiezas otra vez.”
—“Sí, claro, porque tú eres la persona más comprensiva del mundo.”
—“Pobrecita… Claro, ahí está llorando otra vez, la pobre víctima.”
Todas estas expresiones son fuertes, pero hieren aún más cuando les agregamos el lenguaje no verbal que las acompaña
Además, muchas parejas que no se dicen este tipo de cosas, también esconden formas de maltrato silenciosas en su lenguaje corporal, las miradas y gestos. Y lo peor es que estas personas no son conscientes hasta que el otro miembro o un tercero (por ejemplo, un terapeuta) los ayuda a reconocerlas.
Difícil pensar en convivir con estos 4 jinetes del Apocalipsis llevando las riendas de la relación.
Mmm… Creo que (no) nos comunicamos bien. ¿Y ahora?
Convivir con tu pareja puede ser una hermosa experiencia. Sin embargo, puede obligarnos a enfrentar desafíos. Cada convivencia será única como lo eres tú y tu pareja.
Si se comunican de una manera sana, habrá más posibilidades de que tengan una buena convivencia.
Convivir con tu pareja no significa no tener conflictos. Por el contrario, una relación y una convivencia de pareja sana es aquella en la que se afrontan los problemas con consciencia y respeto. Convivir implica (auto) conocerse, saber por qué y para qué nos elegimos, reconocer las necesidades y poder comunicarlas.
¿Tienes dudas? Te contamos que es posible aprender a vivir juntos. Ambos pueden prepararse emocionalmente, prevenir conflictos y/o aprender a gestionarlos cuando surgen.
Si quieres profundizar sobre claves para aprender a vivir juntos, te invitamos a leer nuestro artículo ¿Convivir o no convivir? Claves para tomar una decisión consciente y aprender a vivir en pareja.
También puedes revisar la dinámica de tu pareja a través de nuestra herramienta gratuita de autoevaluación
Resumiendo, ¿se puede saber si la convivencia con mi pareja va a funcionar?
Nos encantaría decirte que SÍ. Pero lo cierto que eso no depende solo de nuestra opinión profesional y mucho menos de un solo factor. Y aunque tu relación sea idílica, puede pasar que un día deje de serlo. En ese caso, podemos asegurarte, que hay mucho por hacer para evitar que pases de convivir a un laberinto donde la única salida sea una separación.
En este artículo abordamos la comunicación como un tema clave que puede favorecer tu relación de pareja.
Dicen por ahí que hablando se entiende la gente (y las parejas). Una comunicación sana favorecerá una convivencia sana. Cuando no hay lugar para el diálogo, la convivencia se puede tornar insoportable.
Sin embargo, si detectas que, en vuestro caso, este no es el problema, tal vez necesites profundizar en otros aspectos de la vida en pareja. Y para eso hemos creado un taller en el que acompañamos a las parejas para que convivan en armonía.
Si quieres aprender a prevenir conflictos o quieres mejorar la convivencia con tu pareja, te proponemos hacer el TALLER APRENDER A VIVIR JUNTXS
Desde Psicología para el corazón te acompañamos a tomar la decisión de convivir con tu pareja. Si ya estás conviviendo, te ayudamos a revisar lo que les genera malestar o conflicto para que aprendan a gestionarlo y vivan en armonía.
A través del TALLER APRENDER A VIVIR JUNTXS adquirirás estrategias y herramientas para convivir con consciencia e intención. Quiero saber más
Sobre las autoras de este post....
Somos Irene del Valle y Judith de la Serna, psicoterapeutas de pareja.
Desde Psicología para el Corazón, te acompañamos a construir relaciones más sanas y conscientes.
Te ayudamos a que el amor y las relaciones dejen de ser difíciles. Quiero saber más
¿Crees que este artículo puede serle útil a alguien? Te invitamos a compartirlo
Irene Del Valle
Como profesional de la salud emocional, creo que otra parte trascendental y básica en nuestra formación como psicólogos y psicoterapeutas es nuestra propia experiencia de vida y nuestro propio proceso psicoterapéutico.