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Estás enamoradísima.
Sientes que estás lista para dar el siguiente paso.
Haces (o te hacen) la pregunta: “¿Y si nos vamos a vivir juntos?”
El silencio se apodera de la escena y te pasan mil historias por la mente y el corazón. Por supuesto, tu primer impulso es decir ¡SÍ!
Pero ni bien imaginas la situación, te corre un frío por la espalda y piensas ¿estamos listos para vivir juntos? ¿Y si no funciona?
Algunos te dirán que si tienes dudas es porque no estás enamorada. Que la convivencia pone a prueba el amor y que, si no están listos para eso, mejor cortar por lo sano. Pero ¿cómo saber si están listos, si no conviven? A convivir (como a vivir) se aprende conviviendo (o viviendo).
Así que, como psicoterapeutas de parejas, tenemos que felicitarte. Que te cuestiones o tengas dudas, puede ser una oportunidad para tomar una decisión consciente, prevenir problemas o aprender a gestionarlos.
A convivir se aprende conviviendo
La convivencia de pareja puede ser una experiencia hermosa y enriquecedora. Pero también puede presentar desafíos que nos obligan a mirarnos y reconocernos en el otro. Sea como sea, a convivir se aprende conviviendo.
Sin embargo, se puede tomar la decisión de convivir de manera consciente y con la tranquilidad de estar caminando en la dirección correcta.
Es por esta razón que te invitamos a revisar cómo te relacionas con tu pareja. ¿Te comunicas de una manera que propicia una relación sana? ¿Desde qué razones deciden vivir juntos? ¿Están tomando la decisión con consciencia o desde el enamoramiento?
Una relación y una convivencia de pareja sana, no significa no tener diferencias. Por el contrario, se trata de poder afrontar con amor y respeto los conflictos que surjan. Implica (auto) conocerse, saber por qué y para qué elijo a esa otra persona. Requiere ser capaz de detectar las propias necesidades y saber comunicarlas.
Y si tienes dudas, te contamos que es posible tomar la decisión con consciencia y aprender a vivir juntos.
Ambos pueden prepararse emocionalmente, prevenir conflictos y aprender a gestionarlos. Decidir convivir con consciencia, les brindará la posibilidad de sentirse en paz con el paso que van a dar.
9 preguntas clave para aprender a convivir con tu pareja:
1. ¿Nos conocemos lo suficiente como para saber cuáles son nuestros sueños y propósitos?
En la vida nos van sucediendo cosas. Nos transformamos y conocemos a quienes nos rodean en la medida en que enfrentamos nuevas situaciones y desafíos. Sin embargo, cuando nos (auto) conocemos bien, podemos tomar mejores decisiones y evitar problemas.
¿Te imaginas que tú no ves la hora de mudarte a una casa de campo y estar rodeada de niños y tu pareja sueña con pasar unos años de mochilero y no está seguro de querer formar una familia?
Si este fuera el caso, no hace falta decirte cómo puede terminar la relación.
2. ¿Alguno de nosotros ha vivido alguna experiencia en el pasado que tiene impacto en nuestro día a día y en la manera en que nos relacionamos?
A veces somos conscientes de ello y otras, no tanto. Hay eventos de nuestro pasado que tienen gran influencia en cómo vivimos y nos relacionamos.
Y pueden ser desde cosas muy simples o cotidianas a eventos más traumáticos. Y eso no quiere decir que no puedes convivir con esa persona. Pero saberlo, ayudará a que se comprendan y acompañen mejor.
Supongamos que tu pareja ha sufrido un violento asalto en un restaurante y ha decidido no hablar nunca más del tema. Cada vez que propones salir a cenar afuera lo notas nervioso y evasivo. Si sabes por lo que ha pasado, será más fácil que decidan proponer otras salidas y planes. Si no lo sabes, quizá lo tomes como que no quiere estar contigo o mostrarse en público, etc.
3. ¿Reconocemos patrones familiares que no queremos repetir ni perpetuar?
Tanto tú como tu pareja, han crecido en entornos familiares particulares. Cada uno ha aprendido lo que ha vivido. Quizá has visto a tus padres ser muy compañeros y cariñosos. Por el contrario, tus padres vivían discutiendo y no llegaban a ningún acuerdo. O quizá se separaron y aún no sabes por qué, ya que nunca presenciaste un conflicto entre ellos.
Sea cual sea el modelo de familia y relación que aprendiste, puedes tomar consciencia sobre ello y decidir vivir tu propia historia.
4. ¿Sabemos llegar a acuerdos sobre cuestiones cotidianas? Por ejemplo, ¿cómo se organizan con las tareas del hogar?
Muchas parejas fracasan en el primer intento de convivencia por cuestiones tan sencillas como quien hace qué y cuándo.
¿Te suenan expresiones como estas?:
—“¡Es que siempre me toca limpiar a mí!”
—“¿No se te ocurre pensar que todo es más fácil si dejas tus calcetines en el canasto de la ropa sucia?”
—“Yo también trabajo todo el día y llego agotada. ¿Por qué te puedes sentar en el sillón con el móvil y yo tengo que encargarme de todo en la casa? Si por lo menos me ayudaras a recoger y lavar los platos...”
Todo este malestar puede evitarse con acuerdos claros y satisfactorios para ambos.
5. ¿Cómo nos manejamos con la administración y las finanzas?
Las cuestiones administrativas y el manejo del dinero es un tema que genera grandes problemas y decepciones en la convivencia.
¿Tenemos hábitos de consumo y ahorro similares? ¿Podemos acordar quién paga qué cosas y en qué gastamos?
Y aunque ambos ganen dinero y aporten a la economía, en nuestra consulta escuchamos cosas como:
—“Cada vez que voy al supermercado, el total de mi compra asciende a cierto monto y cuando va mi pareja, paga casi el doble. No se toma el tiempo de ver precios y compra cosas por las que yo jamás pagaría. ¡Me da igual si lo paga con su dinero! No estoy de acuerdo en gastar tanto en esas cosas.”
Como dice el dicho: “cuentas claras, conservan la amistad” … y la pareja. Por lo que te invitamos a reflexionar sobre ello.
6. ¿Somos capaces de respetar los espacios y tiempos del otro?
Si aún no convives con tu pareja, pero compartes tu vida con familiares u otras personas, sabes la importancia de tener espacios propios y respetar al otro.
Convivir en pareja requiere del mismo respeto. Cada uno necesita espacios y momentos de estar a solas y/o con otros.
Ser capaz de comprender y aceptar que por más enamorados que estemos, cada uno es un ser individual y necesita espacios propios puede asegurarnos una mejor convivencia.
7. ¿Nos apoyamos y acompañamos mutuamente?
¿Sientes que con tu pareja son capaces de acompañarse y apoyarse en la vida? Este será un factor que favorezca la convivencia y los ayude a atravesar la infinidad de situaciones que se presentan a diario.
Por ejemplo, ¿te imaginas estas situaciones?
-Estuviste todo el día esperando ansiosa la llegada del viernes para salir a cenar. Tu pareja llega del trabajo muy preocupado porque han despedido a 2 compañeros. Lo escuchas con interés, pero a pesar de su desgano, insistes en salir. Él acepta de mala gana. Al final salen y la cena es un fiasco. Ni él se pudo relajar ni tú disfrutaste de tu ansiada cena.
-Tienes la oportunidad de asistir a un evento muy importante para tu crecimiento profesional, pero implica pasar toda una semana fuera de la ciudad. Tu pareja te plantea que no le parece bien que te ausentes por tanto tiempo y te dice que “puedes hacer lo que quieras” pero preferiría que te quedes a su lado.
¿Crees que estas situaciones pueden resolverse? ¿Cómo lo harías con tu pareja?
8. ¿Enfrentamos los conflictos? ¿Cómo lo hacemos?
La manera en que te comuniques con tu pareja definirá gran parte de los conflictos y la forma en que los gestionen.
Como psicoterapeutas de pareja, dudamos de quienes dicen que jamás tienen conflictos. Es genial si puedes evitar discusiones o peleas. Pero si hay algo que te molesta o preocupa, tienes que ser capaz de hablarlo con tu pareja y buscar acuerdos. Es por eso que consideramos tan importante revisar el modo en que te comunicas.
Convivir y/o estar en una relación no se trata de no tener conflictos ni discusiones. Al contrario, quizá un conflicto puede ser una oportunidad para conocerse y es importante saber gestionarlo.
9. ¿Podemos tener conversaciones “incómodas”?
Un poco relacionado al punto anterior, aprender a convivir requiere poder hablar de esos temas considerados tabú o que nos generan cierta incomodidad.
¿Puedes sentarte a hablar sobre tener o no tener hijos? ¿Te animas a decirle a tu pareja que no estás disfrutando en la intimidad? ¿Eres capaz de compartir que te has quedado sin trabajo o que no logras reunir el dinero para la renta?
Estos son algunos ejemplos. Solo tú y tu pareja saben cuáles son “esos temas” de los que les cuesta hablar y que sería importante tratar para evitar problemas mayores.
¿Quieres evaluar cómo está tu relación de pareja e identificar las áreas en las que necesitan trabajar?
Te proponemos revisar la dinámica de pareja que estás construyendo a través de nuestra herramienta gratuita de autoevaluación.
Resumiendo ¿puedes aprender a convivir con tu pareja?
Claro que sí. Si te estás planteando vivir con tu pareja o si quieres mejorar la convivencia que ya tienen, te proponemos hacer el TALLER APRENDER A VIVIR JUNTXS
Somos Irene y Judith, psicoterapeutas de pareja. Desde Psicología para el corazón te acompañamos a tomar la decisión.
Si ya estás conviviendo, te ayudamos a revisar lo que les genera malestar o conflicto para que aprendan a gestionarlo y vivan en armonía.
A través del TALLER APRENDER A VIVIR JUNTXS adquirirás estrategias y herramientas para poner consciencia e intención a la convivencia. Quiero saber más
Sobre las autoras de este post....
Somos Irene del Valle y Judith de la Serna, psicoterapeutas de pareja.
Desde Psicología para el Corazón, te acompañamos a construir relaciones más sanas y conscientes.
Te ayudamos a que el amor y las relaciones dejen de ser difíciles. Quiero saber más
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Irene Del Valle
Como profesional de la salud emocional, creo que otra parte trascendental y básica en nuestra formación como psicólogos y psicoterapeutas es nuestra propia experiencia de vida y nuestro propio proceso psicoterapéutico.